(El Premio Nobel de 2010, Mario Vargas Llosa)
Vargas Llosa es novelista, pero también periodista, profesor e incluso político en Perú durante algunos años. De él se decía que era un gran explorador de la estructura novelesca y en muchas de sus obras se plasma su preocupación por la política, como es el caso de su obra Conversación en la catedral. Con su primera obra, La ciudad y los perros (1963) ya consiguió el reconocimiento internacional y un éxito inmediato, un éxito que además ha sido reconocido por público y crítica. En 1986 consiguió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1994 el Premio Cervantes, que se considera el máximo galardón al que aspira un escritor en castellano. Sin duda, todos premios merecidos por este hombre elegante, de apariencia tranquila, que se considera un trabajador de la literatura y que disfruta dando sus clases magistrales en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey).
Si el Cervantes se considera la máxima distinción de la literatura en castellano, el Nobel está considerado como el principal premio de la literatura en general. Aunque uno no deja de sorprenderse al ver que grandes literatos como Autores como Jose Luis Borges, Miguel de Unamuno, Marcel Proust, James Joyce, Frank Kafka o León Tolstói nunca recibieran el galardón. Más alucinante es el caso de Unamuno si nos paramos a observar que estuvo nominado en 1935, año en que el premio quedó desierto. A lo largo de la historia, han sido once los ganadores del Premio Nobel de lengua hispana, de los cuales, cinco han sido españoles.
El primer premio fue para José Echegaray y Eizaguirre en 1904. Siempre se ha considerado un galardón inmerecido y lo cierto es que la obra de Echegaray no ha trascendido demasiado en la historia. En realidad Echegaray destacó más como ingeniero o como matemático, si bien se le debe reconocer su talento como hombre universal en todos los campos que tocó y un excelente creador teatral. En 1912, Benito Pérez Galdós, uno de los grandes novelistas españoles fue el más firme candidato a lograr el premio, pero sus enemigos políticos lograron disuadir a la Academia. Con él ya fallecido, en 1922 le llegaría el turno a otro dramaturgo: Jacinto Benavente, autor de Los intereses creados o La malquerida, que representaba un estilo opuesto al de Echegaray por ser más objetivo y realista.
(Echegaray, ganador del Premio Nobel en 1904)
Después llegaron los premios de los poetas Juan Ramón Jiménez (1956) y Vicente Aleixandre (1977), merecidos como pocos, pues premiaban la obra de estos dos colosales poetas españoles. El premio de Vicente Aleixandre supuso además un pequeño reconocimiento a todos los autores de la Generación del 27, pues poetas como Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Rafael Alberti o el propio Lorca, por mencionar algunos, podrían haber logrado también ese reconocimiento. Como tienen que pasar 50 años para conocer los nombres de los candidatos (ahora se pueden consultar los nominados hasta el año 59) nunca sabremos qué españoles estaban en las listas.
El último español en lograrlo, dejando a un lado que Vargas Llosa también tiene nacionalidad española, fue Camilo José Cela. De eso hace ya 21 años. El autor de La colmena o La familia de Pascual Duarte recibió el premio «...por la riqueza e intensidad de su prosa, que con refrenada compasión encarna una visión provocadora del desamparo de todo ser humano». Un gran premio para otro gran novelista, que al igual que Vargas Llosa también logró el Premio Cervantes y el Príncipe de Asturias.
(Gabriela Mistral, es la única mujer que ha ganado el Nobel de literatura escribiendo en español).
La literatura hispanoamericana recibe un nuevo Nobel que hay que sumar a los de la poetisa Gabriela Mistral (1945), el del guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), al del genial chileno Pablo Neruda (1971), al del novelista Gabriel García Márquez (1982) y al del mexicano Octavio Paz (1990).
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