Valencia,
24/XII/2005
Amor
mío:
¿Cuántas
veces he pensado cómo sería mi vida a tu lado? No las he contado,
pero siempre apareces en mis sueños. Me gustaría tenerte a mi lado
cada día, cada hora, cada segundo... Pero ya sabes que no podemos
estar juntos, porque no hay ninguna forma de escapar, de salir de
este lugar frío y solitario. Odio ver cómo muchas personas
abandonan este sitio y regresan a casa porque ya han cumplido su
condena, pero no me parece justo que yo no pueda dejarlo, cuando me
metieron aquí por error.
Cada
noche me acuesto escribiéndote cartas, mirando la luna por una
pequeña ventana. Imagino que estás ahí y que puedo verte,
sentirte, que paseamos juntos por la playa al amanecer, que notamos
la brisa del mar sobre nuestro cuerpo. Consigo, por unos instantes,
escapar de este infierno.
¡Cuánto
te echo de menos!
Te
quiero.
7/2/13
Querida
mía:
Por
fin he llegado a Ceuta, y he ingresado en el ejército.
Está
siendo la semana más dura de toda mi vida, nunca nos habíamos
separado tanto tiempo. Por otra parte, sabes que era mi ilusión
seguir los pasos de mi difunto padre.
Estos
atardeceres me recuerdan el verano que te conocí en Denia. Sé que
apenas llevamos dos años juntos, pero la distancia me ha hecho
pensar que quiero despertarme a tu lado cada día. Cogerte de la mano
y sentir tu piel dorada como pétalos de rosa pulidos en oro.
Un
beso para mi Amada.
(Escrita
por Ismael Sanseverino, de 3º ESO B)
30
de enero de 2013
Hola Elisabeth:
Dicen que los sueños, por mucho que
los sueñes, nunca se hacen realidad. En mi caso es mentira porque
estoy viviendo ahora mismo uno precioso.
Cada vez que me despierto y te veo
soy, por un momento, la persona más feliz del mundo. Sé que te
tengo a mi lado y que te quiero más que nunca. Tú eres esa pieza
que me faltaba en mi vida y me doy cuenta de que antes, sin ti, mi
vida no estaba completa.
Día 4 de febrero de 2012, un día
que jamás olvidaré. Fue el día en que te conocí, un día que
pasará a la historia de mi vida. Fue increíble conocerte por la
mañana, cuando ibas con tus amigos, y esperar hasta el anochecer
para poder salir los dos juntos.
Estoy viviendo un sueño espectacular
y tengo miedo a que un día me levanta y este sueño haya terminado.
Espero que este sueño sea eterno y ojalá que nadie nos despierte de
esta historia maravillosa.
Solo quiero decirte que para mí eres
lo más importante de mi vida, es más, mi vida eres tú.
Te quiero.
(Escrito por Daniel Martínez, de 4º
ESO A)
Turís,
14 de febrero de 1918
Mi
querido amor, Laura:
Hoy
me despierto como cada día sin estar a tu lado, miro a la gente que
dice que no es para tanto, que lo que yo siento por ti un día dejaré
de sentirlo, que tú me habrás olvidado... Mas no es cierto porque
nosotros hemos llegado a ser uno, hemos llegado a sentir lo mismo que
sentía el otro. Por eso sé que tú aún me amas, que no te
olvidarás de mí. Porque es lo mismo que yo siento por ti.
Sueño
por las noches con el tiempo que pasamos juntos, con el suave tacto
de tu piel, la ternura de tu mirada cautivadora, la sensualidad de tu
voz al salir por esos labios por los cuales sería capaz de atravesar
un desierto o escalar el pico más alto del mundo.
No
es del todo imposible amor mío estar separado de ti y si tú me
aceptas no habrá lago ni montaña, río ni mares, ni océanos
inmensos que puedan separar lo que yo siento por ti.
Amada
mía, sabes bien, pues bien te te digo que de mi corazón salen las
palabras con las que escribo, y del alma el pensamiento de vivir
siempre contigo.
Por
siempre a tu lado estaré.
(Escrita
por José María Rodríguez de las Heras, de 2º PCPI)
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