El pasado 19 de febrero
se entregaron los premios del concurso de cartas de amor que ya, a la
chita callando, ha llegado a su sexta edición convirtiéndose así
en una de las actividades culturales más asentadas de nuestro
centro. Un año más, el director del IES, Carles Celma y la jefa del Departamento de Castellano, Pilar Pérez, hicieron entrega
de los diplomas acreditativos a los ganadores. Hay que señalar que,
con cada edición, el nivel de los participantes es más elevado, con
lo que el trabajo del jurado del certamen tiene cada vez más
problemas a la hora de decantarse por unos trabajos u otros.
Realmente se hace muy difícil alcanzar un veredicto acorde con el
esfuerzo que muestras curso tras curso los alumnos.
María Clemente, ganadora de la categoría de primer ciclo, junto a Carles Celma y Pilar Pérez |
En la categoría de
primer ciclo de la ESO, la ganadora fue María Clemente Sandoval, de
2º ESO A. Los alumnos Itziar Blasco (de 1º ESO A) y Luis Palmero
(de 1º ESO B) recibieron sendos accésits, la primera por la
presentación de su carta y Luis por la originalidad de su trabajo.
Por su parte, Diana Nechyporuk, de 2º ESO B, logró alzarse con el
premio a la mejor presentación plástica en la categoría de primer
ciclo, con una curiosa composición que adornaba una misiva de amor
dedicada al chocolate. En la categoría absoluta el ganador fue Marc
Camañes Muñoz, de 3º ESO C; con una carta ambientada en Berlín
del Este, al otro lado del muro en la Guerra Fría. La mejor
presentación plástica en este caso fue para el curioso trabajo de
Jael Ruipérez, de 2º de FPB Administración.
Diana Nechyporuk, ganó el premio de presentación plástica y visual |
Os dejamos algunas imágenes de la entrega de premio y el texto íntegro de las dos cartas ganadoras, así como algunas fotos de los premios de presentación plástica.
Itziar Blasco, ganó uno de los accésit |
Carta ganadora de Marc Camañes |
Carta de María Clemente |
Carta de amor de Luis Palmero |
Carta de Diana Nechyporuk |
1º Premio (primer ciclo ESO):
Querido mío...
Vayámonos de aquí,
escapémonos juntos; ya poseemos caricias, susurros, sueños... No to
tu presencia a kilómetros y te echo de menos cuando tu brumoso
aliento deja que el viento frío me golpee en las mejillas.
Escribamos poesía,
aferrados de la mano, sabiendo que, cuando llegue el momento de
liberar nuestros cálidos dactilares, la tristeza inundará nuestros
pensamientos.
Palpo tu corazón,
latiendo por mí cuando mi organismo está a milímetros de ti.
Ilustras mis días con pétalos de rosa; eres como el agua que da
cauce a mi arroyo y te quiero querer, como no quiero a nadie, pero mi
instinto me dice que ya arraso límites contigo.
Bailemos sobre la
tenebrosa oscuridad, encajando nuestros delicados brazos y susurrando
nuestros deseos enamorados. Somos dos palomas blancas que no temen ni
a las águilas, volando entre meteoritos, buceando entre tiburones...
Te siseo que te
quiero, una y mil veces; busco tu mirada entre miles de ojos. A tu
lado, ordenaría vaciar el mundo y quedarme sola contigo.
En mi regazo yacen
las lágrimas del amor, aturdido por el miedo que un día le corría
por las venas.
Estoy dispuesta a
colapsar la programación de tu corazón.
Atentamente,
María.
1º Premio (categoría absoluta):
Berlín del Este, 22 de
diciembre de 1960
A Alina, cuya alma permanece aún
paciente más allá de los kilómetros de nuestra ciudad dividida:
Desde aquí, desde
los confines de Berlín, pongo mis últimas gotas de sudor y mis más
sentidas lágrimas al cuidado de este viejo y olvidado papel. Desde
aquí, desde la soledad de nuestra división, te mando este mensaje
escrito con las últimas gotas de tinta de mi exánime estudio. Aquí,
donde expreso mi amor ante el crepúsculo del Este.
Que esa carta pase
por mil manos, que recorra la ciudad día y no che hasta cruzar el
frío muro que por siempre nos separó. Que cruce calle tras calle y
burgo tras burgo hasta alzarse sobre la tierra siguiendo al viento,
hacia ti; más allá de donde llegan las torrenciales humaredas de la
industria, lejos de las insomnes ciudades del mañana. Desde que tu
esencia se desvaneció de mi vida, ninguna pintura mía ha sido tan
vívida como antes ni ninguna tiene ya sentido. No importa qué
colores use, no puedo levantarme con fe en el porvenir si no estás
tú; ver cómo nuestros corazones han sido partidos y nuestras vidas
bifurcadas por prohibiciones y fronteras.
Alina, a quien me
escuche rezo para que esta carta te llegue un día, que se impregne
de tu olor a frescas rosas y reciba una de tus joviales sonrisas.
Desde hoy, que la recibirá el primer mensajero, hasta el último,
ante ti, finalmente llegando a tus dulces manos. Rodeado de mis
obras, ninguna aún ha podido representar el dolor que siento arder
en mi interior. Ningún color ni ningún estilo ha logrado ilustrar
la fatua amargura que me desgarra desde mi incompleto corazón.
Recuerdo aquel primer día riendo desde el edificio más alto, desde
el vértigo del mundo moderno declarando nuestro amor.
Me niego a aceptar
una patria que me separa de mí mismo con tanta frialdad. Me niego a
que mi corazón lata un día más sin poder sentirte a ti. Tú
superaste en belleza mis grandes obras, sonreíste desde la
profundidad de tus bellos ojos turquesa como los lejanos mares, por
siempre brillando al compás de mi vida.
Y que esta carta te
llegue es mi legado. Este yo vivo o no. Que la gente del este
berlinés tienda discretas sus manos manchadas de hollín y que
muevan esta carta lejos de la vigía roja. Que cruce el muro Alina.
Que llegue a ti. Más lejos de donde mi pincel pudo llegar. Más
lejos de donde mis manos pudieron alcanzar.
A tu corazón Alina, al corazón
que nunca olvidé y nunca olvidaré.
Прощаи,
Alina
Nikolai
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada