JUEGOS PARANORMALES (un relato de Daniel Chillerón, 1ºB)
En un pequeño pueblo, dos amigos,
llamados Pedro y David, estaban aburridos y querían conocer a gente
de su edad, pero allí donde vivían no había demasiada gente y casi
todos eran personas mayores. Un día, a Pedro se le ocurrió que
fueran a la casa de David para ver una película de miedo; pero a
David no le hacía mucha gracia, decía que esas películas no valían
para nada. Entonces, a Pedro se le ocurrió un plan diferente:
meterse en el baño, apagar las luces y dar tres vueltas delante del
espejo diciendo eso de “Bloody Mary” a ver qué pasaba. A David
le gustó la idea, pero lo cierto es que parecía algo asustado así
que le dijo que lo hiciera él primero. Pedro se metió en el baño,
apagó la luz y se puso una vela encendida. Entonces comenzó a
decir: “Bloody Mary... Bloody Mary... Bloody Mary...” y... ¡se
le apagó la vela! Salió corriendo con la cara pálida y, al mismo
tiempo se escondía la mano en el bolsillo.
- ¿Qué ha pasado?- Le preguntó
David.
- ¡No lo sé!- dijo Pedro- Es que se
había apagado la vela y me he asustado. Bueno... me tengo que ir ya
que se ha hecho tarde. Adiós.
Pero cuando se marchó, David
descubrió que había un pequeño charco de sangre en el baño.
A la mañana siguiente, David llamó
a Pedro porque se aburría y le parecía un poco extraño lo que
sucedió el día anterior. Se fue al parque con Pedro. Cuando ya
estaban allí intentó averiguar, qué sucedió en realidad.
- Oye, ¿ayer no te pasó nada en el
baño?
- No sé, ¿a qué te refieres?- le
contestó Pedro.
- Es que ayer encontré un charco de
sangre.
- Mira, lo siento, pero no puedo hablar
de eso. Me voy.
Pedro se marchó corriendo y David
se quedó sin saber qué hacer. Vio a unos niños jugando al fútbol
y sin darle más importancia al asunto, se puso a jugar con ellos. Al
cabo del día se empezó a cansar y como estaba anocheciendo decidió
irse a su casa. Estaba tan agotado que no tenía ganas ni de cenar,
así que se fue directamente a la cama.
Se despertó a las 4:30 de la mañana.
Como no había cenado tenía hambre, se fue a la nevera y se encontró
una nota que decía: “Si le cuentas algo a alguien morirás”.
David, que no entendía nada, se asustó tanto que se volvió a la
cama corriendo y allí se puso a llorar, pero al final acabó
durmiéndose.
A la mañana siguiente, David se fue
a buscar a Pedro, pero no se encontraba en su domicilio; sus padres
le dijeron que estaba comprando. Se quedó esperando durante tres
horas y cuando llegó le dijo de la nota y Pedro, después de dudar
un rato decidió contarle todo. Dijo que cuando hicieron lo del baño
alguien le arañó en la oscuridad y por eso había sangre en el
suelo. Desde entonces no había podido dormir bien y se sentía
perseguido. Le pidió a David que se quedara a dormir en su casa y él
aceptó.
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