Como
cada año, en las vísperas de la celebración de Todos los Santos,
los alumnos de primero de ESO escriben cuentos de terror. Al igual
que el pasado año, en la revista iremos publicando algunos de los
cuentos más destacados. Este es el caso del siguiente relato,
escrito por Joana Soler, de 1ºB.
LA
ANCIANA SIN PIERNAS
Lucía
era una mujer que fue abandonada por su marido y, por tanto, tenía
que criar a su hija María sola, así que decidió irse a vivir a su
pueblo natal, Turís. Consiguió que le alquilaran una casa situada
en la avenida principal que tenía tres pisos, con tres balcones en
cada uno de los pisos. Ella no entendía cómo le habían podido
alquilar una casa como esa por tan poco dinero, pero pronto lo
entendería.
A
los pocos meses de haberse mudado allí, María empezó a hacer cosas
extrañas: no quería ir sola al baño, no quería irse a dormir,
tenía pesadillas en mitad de la noche, etc. Cuando Lucía, su madre,
habló con ella de esto, María le contó que siempre que pasaba por
la terraza del primer piso veía a una niña con sangre en los pies
que la seguía por la casa y se le aparecía. También le explicó
que a veces, en los espejos, veía caer sangre por las paredes pero
que, al girarse, no había nada.
Empezaron
a pasar más sucesos extraños, no solo a la pequeña, sino también
a su madre: las fotos se caían y las caras aparecían emborronadas
en ellas; hacía mucho frío en la casa a pesar de que era pleno
verano y, a veces, notaban como si les golpearan en la cabeza.
Un
día estaba Lucía esperando a su hija, que bajaba la escalera,
cuando de repente María salió despedida escaleras abajo como si
alguien la hubiera empujado. Cuando la pequeña llegó al suelo el
fantasma de la niña con sangre en los pies estaba junto a ella
riéndose macabramente.
Ese
mismo día Lucía decidió llamar a un exorcista para que bendijera
la casa y a partir de entonces pararon de suceder todos los sucesos
extraños.
Un
año después, Lucía estaba en el mercado hablando con una mujer que
le dijo:
-
¿Usted vive en la casa esa de los tres balcones, verdad?
-
Sí, ¿por qué lo dice?- Le preguntó intrigada Lucía.
-
Verá, es que hace muchos años vivía allí una señora mayor y una
noche se escapó un loco de un manicomio que había llegado a Turís.
Decidió trepar hasta el primer balcón de la casa donde vive en
busca de víctimas y allí estaba la pobre señora que dormía en la
terraza porque hacía mucho calor. El loco cogió un hacha que había
de adorno en el pasillo y le cortó las piernas a la señora y
seguidamente se las comió hasta dejar poco más que los huesos. Se
lo digo porque al escuchar lo que he oído de un fantasma de una
niña, pensé que lo que veía su hija puede que no fuera la anciana
sin piernas y por eso tenía sangre en los pies.
La redaccion esta muy bien enorabuena Joana :)
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