dimecres, 21 de novembre del 2012

HISTORIAS DE TERROR

Como cada año, en las vísperas de la celebración de Todos los Santos, los alumnos de primero de ESO escriben cuentos de terror. Al igual que el pasado año, en la revista iremos publicando algunos de los cuentos más destacados. Este es el caso del siguiente relato, escrito por Joana Soler, de 1ºB.

LA ANCIANA SIN PIERNAS

    Lucía era una mujer que fue abandonada por su marido y, por tanto, tenía que criar a su hija María sola, así que decidió irse a vivir a su pueblo natal, Turís. Consiguió que le alquilaran una casa situada en la avenida principal que tenía tres pisos, con tres balcones en cada uno de los pisos. Ella no entendía cómo le habían podido alquilar una casa como esa por tan poco dinero, pero pronto lo entendería.



A los pocos meses de haberse mudado allí, María empezó a hacer cosas extrañas: no quería ir sola al baño, no quería irse a dormir, tenía pesadillas en mitad de la noche, etc. Cuando Lucía, su madre, habló con ella de esto, María le contó que siempre que pasaba por la terraza del primer piso veía a una niña con sangre en los pies que la seguía por la casa y se le aparecía. También le explicó que a veces, en los espejos, veía caer sangre por las paredes pero que, al girarse, no había nada.
Empezaron a pasar más sucesos extraños, no solo a la pequeña, sino también a su madre: las fotos se caían y las caras aparecían emborronadas en ellas; hacía mucho frío en la casa a pesar de que era pleno verano y, a veces, notaban como si les golpearan en la cabeza.
Un día estaba Lucía esperando a su hija, que bajaba la escalera, cuando de repente María salió despedida escaleras abajo como si alguien la hubiera empujado. Cuando la pequeña llegó al suelo el fantasma de la niña con sangre en los pies estaba junto a ella riéndose macabramente.
Ese mismo día Lucía decidió llamar a un exorcista para que bendijera la casa y a partir de entonces pararon de suceder todos los sucesos extraños.
Un año después, Lucía estaba en el mercado hablando con una mujer que le dijo:
- ¿Usted vive en la casa esa de los tres balcones, verdad?
- Sí, ¿por qué lo dice?- Le preguntó intrigada Lucía.
- Verá, es que hace muchos años vivía allí una señora mayor y una noche se escapó un loco de un manicomio que había llegado a Turís. Decidió trepar hasta el primer balcón de la casa donde vive en busca de víctimas y allí estaba la pobre señora que dormía en la terraza porque hacía mucho calor. El loco cogió un hacha que había de adorno en el pasillo y le cortó las piernas a la señora y seguidamente se las comió hasta dejar poco más que los huesos. Se lo digo porque al escuchar lo que he oído de un fantasma de una niña, pensé que lo que veía su hija puede que no fuera la anciana sin piernas y por eso tenía sangre en los pies.

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